Ante las circunstancias adversas que vive México,
debemos comprometernos todos para lograr la paz
• Las dinámicas de violencia y de destrucción del tejido social, debe buscarse una meta común que nos perita trascender nuestra indiferencia y pasividad: Iglesia Católica.
Para superar las circunstancias adversas que estamos atravesando en México: dinámicas de violencia y de destrucción del tejido social, se debe buscar éticamente una meta común, cada uno según sus responsabilidades que nos permita trascender nuestra indiferencia y pasividad, para lograr la paz, aseguró la Arquidiócesis de Xalapa.
En el comunicado dominical emitido por la Oficina de Comunicación Social de esta asociación religiosa, destaca la propuesta que hecha por algunos obispos mexicanos que se reunieron los días 21, 23 y 23 del presente mes en la ciudad de Puebla, en donde propusieron una ruta sencilla y eficaz para hacer frente común ante las dinámicas de violencia y de destrucción del tejido social.
Ellos nos señalan que la tarea no es fácil ni imposible si todos nos comprometemos en la tarea por la paz, refiere el comunicado, signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos, vocero de la Arquidiócesis de Xalapa.
Señala que (los obispos) claramente nos indican que: “La paz es un trabajo conjunto en distintos niveles y con todos los sectores sociales. Implica la suma de voluntades, la coordinación de esfuerzos y la generosidad de todos para vencer el miedo que nos afecta ante la indolencia y la ineficacia de las autoridades, que no se han ocupado de su principal tarea de procurar la unidad, la seguridad, la justicia y la paz del país”.
“Este diagnóstico, que hacemos propio por su contenido de verdad, es compartido por los análisis que han nutrido nuestro discernimiento”. Es tiempo de buscar unirnos a este trabajo común por la paz, agrega el documento.
Hoy es el tiempo de actuar juntos bajo el signo de la esperanza en Cristo, para ejercitar nuestra responsabilidad ciudadana. Dios transciende nuestro actuar, pero no lo ignora para sacarnos delante de todo lo que nos hiere y humilla. Hoy es nuestro tiempo para unirnos en la fe, la esperanza y la caridad, se señala por último.