La Navidad es el sí de Dios a la vida humana; para él no existen niños no deseados: Iglesia Católica.

La Navidad es el sí de Dios a la vida humana; para él no existen niños no deseados: Iglesia Católica 

 

  • Lamenta que se viva en una sociedad fragmentada, lastimada y dividida, y la Navidad nos mueve a solidarizarnos con quienes sufren dolor, miseria o hambre.

    Irineo Pérez Melo.- Al lamentar que vivimos en una sociedad fragmentada, lastimada y dividida y que la Navidad nos mueve a solidarizarnos con quienes sufren situaciones de dolor, miseria o hambre, la Iglesia Católica sostiene que la Navidad es el sí de Dios a la vida humana; Dios se hace uno de nosotros para darnos la vida en plenitud.

    En el comunicado dominical emitido por la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, se destaca que nadie viene a este mundo por casualidad, la vida humana es un regalo maravilloso de Dios y por lo tanto toda vida es amada y dignificada por el creador.

    Para Dios no existen niños no deseados, él ama a toda vida que viene a este mundo. La concepción y el nacimiento de Jesús dan dignidad a toda vida humana, desde que se concibe hasta que llega a su desenlace natural, subraya el documento signado por el presbítero José Manuel Reyes Suazo.

    Se reitera que la Navidad nos mueve también a solidarizarnos con quienes sufren situaciones de dolor, miseria o hambre, así como con los más vulnerables, entre ellos los niños no nacidos, los enfermos, los adultos mayores, los migrantes y los desocupados.  

    “Lamentablemente vivimos en una sociedad fragmentada, lastimada y dividida. El nacimiento de Jesús por su parte nos trae la concordia, con su nacimiento se han encontrado el cielo y la tierra; en el portal de Belén cabemos todos. La vivencia de la Navidad debe ayudarnos a superar todo aquello que nos divide como para buscar juntos el bien común, ayudarnos unos a otros creando mejores condiciones para vivir. Necesitamos cultivar la concordia”, se resalta.

    Se destaca que un rasgo de este mundo contemporáneo es que vivimos muy ocupados y distraídos en nosotros mismos o en nuestras cosas, con el riesgo de descuidar lo que da sentido a nuestra vida.

    “Con la navidad Dios eterno dedica tiempo para nosotros. Esto nos enseña que nosotros también debemos dedicar un poco de tiempo a los demás: a la familia, a los hijos, a los pobres, los inmigrantes, los descartados… Necesitamos salir de nosotros y acercarnos también a los demás”, se indica por último.