Lamentable vivir en plena indiferencia y con un doble discurso respecto a la vivencia de la caridad: Arquidiócesis de Xalapa.

Lamentable vivir en plena indiferencia y con un doble discurso
respecto a la vivencia de la caridad: Arquidiócesis de Xalapa

• Se deben buscar soluciones políticas y sociales que permitan a los pobres de México ser agentes y promotores del cambio en un mundo violento y empobrecido, señala.

La Arquidiócesis de Xalapa lamentó que en la actualidad muchas personas vivan en plena indiferencia y con un doble discurso respecto a la vivencia de la caridad, y admite que aún queda un largo camino y una ingente tarea para encontrar a Dios en los pobres que nos permitan mirarlos con misericordia.
En el comunicado dominical emitido por esa asociación religiosa, se destaca que la búsqueda y el encuentro con el Dios de la vida nos capacitará interiormente para buscar, entre todos, soluciones políticas y sociales que permitan ser a los pobres de México, agentes y promotores de cambio en un mundo tan violento y empobrecido hasta que todos veamos hecho realidad un mundo más humano y fraterno.
En el documento, signado por el presbítero Juan Beristain de los Santos, director Oficina Comunicación Social, refiere que la manifestación de Dios en la vida de la persona implica y exige ir al encuentro de los demás, pero sobre todo de los más necesitados. Creyentes o no, bautizados o no, ricos o pobres, a todos se nos ofrece la invitación de hacer un mundo mejor con una vivencia profunda y humanizante desde el encuentro con Dios.
Se menciona que Dios, se le busque o no se le busque, sigue presente en nuestra historia para revelarnos el sentido y significado de la vida.
Se hace referente a la que sobresale en la fiesta de la Epifanía o de los Santos Reyes: La del camino luminoso de Dios. La vida del pueblo de Israel fue una peregrinación constante y vital. El viaje de los llamados Reyes Magos es, así, el símbolo de la vida cristiana entendida como una permanente búsqueda de Dios que se revela, como un camino sobre las huellas de Cristo, como una separación radical de las cosas destructivas y de la inercia sofocante en la vida.
“Permanecer inmóvil y cerrado en sí mismo genera un enfermizo sentimiento de poseerlo todo y de tener el monopolio de la verdad, que nos convierte inevitablemente en individuos indiferentes a la Palabra de Dios y a las demás personas. Cualquiera que esté instalado cómodamente en su casa y su comunidad no podrá ir a Belén a contemplar la revelación de Dios en el recién nacido y en las necesidades de los más indefensos”, se añade en el comunicado.
Menciona también que, con la experiencia del encuentro con Cristo de los llamados Reyes Magos, se abre también hoy un camino estrecho ante la mirada de muchos creyentes para encontrarse consigo mismos y conquistar la libertad, que consiste en buscar el bien y la verdad.