“Los profesores universitarios no enseñamos, ayudamos a aprender”
- Externó José Antonio Bueno Álvarez, académico de la Universidad Complutense de Madrid
- Dictó la ponencia “Enseñar y aprender en la universidad de hoy”, en el Seminario Conjunto de Cuerpos Académicos “Temas actuales de psicología, neurociencias y educación”
Claudia Peralta Vázquez
José Antonio Bueno Álvarez, profesor titular del Departamento de Investigación y Psicología en Educación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), señaló que en medio de la transición tecnológica que ha impactado el proceso de enseñanza-aprendizaje, los profesores universitarios deben estar conscientes de que su función ya no es enseñar, sino ayudar a aprender.
El Doctor en Psicología escolar dictó el miércoles 13 de octubre la ponencia “Enseñar y aprender en la universidad de hoy”, dentro del Seminario Conjunto de Cuerpos Académicos “Temas actuales de psicología, neurociencias y educación”.
Cabe recordar que el cuerpo académico (CA) Psicología, Desarrollo, Salud y Educación, adscrito a la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), es parte del comité organizador de este foro que concluirá en diciembre próximo.
Esto, como resultado de una colaboración continua entre investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California, Centro de Investigación en Ciencias Cognitivas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y Centro de Investigaciones Psicológicas y Educativas de la Universidad Autónoma de Querétaro.
José Antonio Bueno comentó que si el proceso de enseñanza-aprendizaje ya había cambiado de unos años a la fecha, la pandemia por la Covid-19 lo ha transformado radicalmente, pues hace una década era impensable ofrecer una conferencia a través de una cámara.
Para los alumnos ha sido un proceso difícil, toda vez que no todos cuentan con las herramientas tecnológicas ni con los espacios adecuados en sus hogares como para seguir las clases. Por tanto, la comunicación ha sido compleja tanto para estudiantes como para profesores.
Ahora, los docentes deben enfrentarse a su propia competencia tecnológica, lo cual significa que no sólo deben saber manejar todas las herramientas de este tipo, sino encontrar los recursos gráficos y móviles más actualizados que motiven al estudiante a aprender.
“No se trata sólo de publicar estados en WhatsApp o en Facebook, sino desarrollar el pensamiento crítico que les permitirá enfrentarse a los desafíos de las tecnologías educativas.”
En su ponencia, el académico adscrito al área de conocimiento de Psicología Evolutiva y de la Educación, hizo un recuento de la transición de la educación, desde el uso de pizarras, cuadernos, hasta recursos como herramientas y alfabetización digital.
Anteriormente, aseveró, el proceso de aprendizaje estaba centrado en el docente y el alumno asumía un papel pasivo. Hoy en día se habla de aprendizaje inmersivo de cursos interactivos, laboratorios y simulaciones.
“Antes el profesor era el que conocía y enseñaba, ahora son los alumnos los que aprenden, el maestro de universidad se transforma en un mentor, en un coach y facilitador.”
En el rubro de la innovación tecnológica en la enseñanza a nivel superior, habló de una democratización en el acceso a la información, tanto por parte de los estudiantes como de los docentes.
En este sentido, opinó que los profesores deben empezar a emitir su ignorancia, pues no se puede dominar todo, siendo que la producción de información es más rápida que su comprensión por parte de quienes deben ayudar a aprender.
“Los profesores de universidad debemos mentalizarnos que no enseñamos, ayudamos a aprender, y eso supone un cambio también en el chip del alumno.”
Y agregó: “El alumno no está en clase para que le enseñen, va para que le ayuden a aprender”.
Destacó que entre el impulso de la digitalización de las aulas, impresoras 3D, tecnología 5.0 o pantallas donde el alumno interactúa directamente, también hay una desintermediación del aprendizaje. Esto quiere decir que el profesor deja de ser la única fuente de conocimiento y se centra en orientar, aconsejar, ayudar a que el alumno piense de forma crítica la información que se le plantea.
Sin embargo, cuestionó si los profesores están preparados para este nuevo desafío, y los alumnos, para esta forma de aprender.
También se refirió a la autoeficacia que debe contemplar un docente, pues a pesar de tener muchos títulos y doctorados, puede seguir siendo un mal maestro porque no se considera capaz de llevar a la práctica toda la capacitación recibida.
“Saber o enseñar no es tan importante como el sentirse capaz de poder aprender a enseñar.”