Pandemia de COVID-19 cambio nuestra forma de vida y cuestionó nuestros sistemas de gobierno: Papa Francisco… 

ONU, promueve colonialismo ideológico, atentando contra las naciones, la familia y derechos fundamentales, dijo en su mensaje del 75 aniversario del organismo. 

Por Irineo Pérez Melo

Xalapa, Ver., La Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue creada para unir a las naciones para promover apoyos solidarios y cuidar a la humanidad; lamentablemente observamos que algunas políticas que este organismo promueve o apoya son auténticas formas de colonialismo ideológico y atentados en contra de las naciones, de la familia y de los derechos fundamentales.

Lo anterior se desprende del mensaje que el Papa Francisco envió a las Naciones Unidas con motivo de su 75 aniversario y que el Arzobispado de Xalapa hace extensivo a la feligresía xalapeña en donde recalca que la pandemia del COVID-19 es un tiempo oportuno para la conversión.

En dicho mensaje, que difundió este domingo la Oficina de Comunicación Social de esta asociación religiosa, se señala que muchos derechos fundamentales son violados con impunidad. Los niños, de los más afectados por la pandemia y que la ONU, debe unir a las naciones, no colonizarlas con ideologías.

En el mensaje del Pontífice reiteró el deseo de la Santa Sede de que la ONU sea “un verdadero signo e instrumento de unidad entre los Estados y de servicio a la entera familia humana”.

Recordó que la crisis sanitaria del COVID-19 “ha llevado a la pérdida de muchas vidas”, además está cambiando nuestra forma de vida, cuestionando nuestros sistemas económicos, sanitarios y sociales, y exponiendo nuestra fragilidad como criaturas”. Por ello considera que este tiempo que estamos viviendo “es un momento oportuno para la conversión repensando nuestra forma de vida y nuestros sistemas económicos y sociales”.

El Papa abogó por el multilateralismo, expresión propia de la corresponsabilidad y de la solidaridad fundamentada en la justicia y la paz, en contra de las actitudes de autosuficiencia, nacionalismo, proteccionismo, individualismo y aislamiento que deja fuera a los más pobres y vulnerables.

También, hizo referencia a muchos temas, entre ellos se refirió al trabajo, la migración, los refugiados y la ecología, denunció la cultura del descarte, la violencia infantil, las amenazas para la paz y los diversos atentados contra los derechos humanos, entre otros temas, destaca el comunicado, signado por el presbítero José Manuel Suazo Reyes.

“Es doloroso ver cuántos derechos fundamentales continúan siendo violados con impunidad”. Queda la terrible imagen de “una humanidad violada, herida, privada de dignidad, de libertad y de la posibilidad de desarrollo”. “Las crisis humanitarias se han convertido en el statu quo, donde los derechos a la vida, a la libertad y a la seguridad personales no están garantizados”, denunció.

El Papa se refirió “a las devastadoras consecuencias de la crisis del Covid-19 en los niños, comprendiendo los menores migrantes y refugiados no acompañados. La violencia contra los niños, incluido el horrible flagelo del abuso infantil y de la pornografía, también ha aumentado dramáticamente”. “Millones de niños no pueden regresar a la escuela. En muchas partes del mundo esta situación amenaza un aumento del trabajo infantil, la explotación, el maltratado y la desnutrición”.

Desafortunadamente, los países y las instituciones internacionales también están promoviendo el aborto como uno de los denominados “servicios esenciales” en la respuesta humanitaria. Es triste ver cuán simple y conveniente se ha vuelto, para algunos, negar la existencia de vida como solución a problemas que pueden y deben ser resueltos tanto para la madre como para el niño no nacido.

Reiteró que los primeros educadores del niño son su mamá y su papá, la familia que la Declaración Universal de los Derechos Humanos describe como el elemento natural y fundamental de la sociedad. Con demasiada frecuencia, la familia es víctima de colonialismos ideológicos que la hacen vulnerable. El Papa Francisco se refirió también a la mujer, “en todos los niveles de la sociedad las mujeres están jugando un papel importante, con su contribución única, tomando las riendas con gran coraje en servicio del bien común. Sin embargo, muchas mujeres quedan rezagadas: víctimas de la esclavitud, la trata, la violencia, la explotación y los tratos degradantes”.

Y concluyó: “De una crisis no se sale igual: o salimos mejores o salimos peores”. La contingencia sanitaria ha evidenciado los límites de nuestra autosuficiencia y fragilidad humana. Todos nos necesitamos, no podemos vivir sin el otro.