• Berenice Cruz Maya, directora de Desarrollo Institucional de la Comisión Nacional de Bioética, habló sobre el “Rol de la ciencia y la ética en los desastres sanitarios globales”, en el marco de la Cátedra “Ruy Pérez Tamayo”

Claudia Peralta Vázquez 

Berenice Cruz Maya, directora de Desarrollo Institucional de la Comisión Nacional de Bioética, destacó que la llegada de la pandemia por Covid-19 generó grandes dilemas éticos, lo cual puso a prueba a los mejores sistemas de salud del mundo. 

En el marco de la Cátedra de Excelencia “Ruy Pérez Tamayo”, promovida por la Universidad Veracruzana (UV), la docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dictó el pasado 14 de octubre la conferencia virtual “Rol de la ciencia y la ética en los desastres sanitarios globales”. 

Mencionó que desde la aparición del SARS-CoV-2 se ha cuestionado el papel de la ciencia y la ética en este tipo de desastres, los cuales no se deben únicamente a enfermedades, también a epidemias infecciosas, afectaciones naturales y otras provocadas por el hombre como: los industriales, conflictos, guerras, y desplazamientos masivos de personas. 

El fenómeno de la migración, por ejemplo, genera cargas adicionales a los sistemas de salud en diversos países, incluido México. 

En presencia de Pedro Gutiérrez Aguilar, coordinador de la Cátedra “Ruy Pérez Tamayo”, expresó que antes de la existencia del Covid-19 era desconocida la tasa de mortalidad, contagio, diagnóstico, tratamiento, abordaje, mecanismo de transmisión, en sí todo era un contexto complejo. 

Por ello, los principales conflictos éticos relacionados con la investigación se centraron en estudios rigurosos para el descubrimiento de vacunas, apegados a los principios éticos de la maleficencia, como el hecho de no causar dolor y sufrimiento al participante, agregado a la investigación desde un ejercicio de autonomía, consentimiento informado, y tomar las precauciones para disminuir los riesgos al máximo.

Esos son los conflictos éticos en una investigación en condiciones normales, señaló, pero es importante saber que hay códigos que promueven el respeto a los derechos humanos, que son la base de la investigación científica apegada a rigurosos esquemas y estándares éticos. 

No obstante, con la llegada de la pandemia y ante la necesidad de contar con información verídica y lo más actualizada posible, se puede llegar a pensar en la vulneración de algunos de estos principios. 

A través de Zoom, plasmó que en este contexto de incertidumbre, la distribución de los recursos ha puesto a prueba a los mejores sistemas de salud del mundo con la demanda de servicios de manera exponencial, lo que propició grandes dilemas éticos. 

En México hubo una guía elaborada por el Consejo de Salubridad General que propició confrontaciones, toda vez que establecía a quién se le tenía que proporcionar un respirador, con base en la edad. 

La carga moral y emocional de esa decisión fue para los médicos operativos que debían decidir a quién sí y a quién no dar los escasos recursos, pues además debían atenderse los padecimientos que de por sí ya representan un alto costo para el sistema de salud, puntualizó Cruz Maya. 

“Hubo reasignación de recursos, reconversión hospitalaria, pero la carga preexistente siguió generando una demanda.” 

Al principio, cuando aún no se sabía el cuadro clínico, también empezaron a desarrollarse más de 200 pruebas diagnósticas de diferentes países que se anunciaban por cualquier tipo de plataformas digitales, lo cual no ayudó en nada a generar tranquilidad entre la población, sino todo lo contrario.

Hoy en día, dijo, no hay tratamiento para Covid-19, algunos se desarrollan y otros están en proceso de prueba, por lo que se espera su pronta aprobación por parte de organismos reguladores para iniciar su distribución. 

Berenice Cruz también habló en su ponencia sobre la escasez de recursos, no sólo los físicos, sino los humanos, y de la instalación de hospitales provisionales en estacionamientos, estadios, centros de exposiciones, “se tuvo que echar mano de este tipo de recursos”. 

De igual forma, el contexto de salud pública actualmente se aplica de manera distinta que en la normalidad, donde generalmente se busca el bien y bienestar del paciente. 

En contextos abrumadores como éste, el sistema de salud se ve obligado a cambiar de un bien individual a uno común, lo cual implica el desarrollo de políticas públicas, asignación de recursos tanto materiales como humanos para el bien de la mayoría de la población, no sólo de una persona. 

En materia de justicia, se prioriza el uso de recursos para la persona con mayor posibilidad de salvarse, mas no representa el abandono de los pacientes. 

Para ello, pueden contemplarse otras herramientas de la medicina como los cuidados paliativos, aunque también sobrepasan la demanda.