Por pandemia, países dejaron de realizar detección comunitaria de cáncer de mama
- En 70 por ciento de pacientes la detección es tardía
- Expertos brindaron información en simposio organizado por la CUSRS-UV
José Luis Couttolenc Soto
Una encuesta realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 155 países, entre ellos México, arrojó resultados preocupantes al conocerse que debido a la pandemia por SARS-CoV-2 poco más del 40 por ciento aplazaron sus servicios de atención al cáncer, y se estima que alrededor del 70 por ciento de mujeres con cáncer de mama (Cama) se les hace una detección tardía de la enfermedad.
En el Simposio “Cáncer de mama”, organizado por la Clínica Universitaria de Salud Reproductiva y Sexual (CUSRS) de la Universidad Veracruzana (UV), su director Alejandro Escobar Mesa, dijo que es importante continuar promoviendo la detección oportuna del Cama.
Refirió que otro punto que mereció la atención de la OMS fue que más de la mitad de los países encuestados también suspendieron acciones de detección comunitaria de Cama, por lo que se considera que la pandemia dejará secuelas importantes en relación a este padecimiento.
Debido a lo anterior, Escobar Mesa lanzó una invitación para que toda la población se sume a una lucha permanente para reducir los impactos del Cama, recordando tres momentos importantes: educar a la mujer para que a partir de los 20 años se realice periódicamente una autoexploración mamaria; que a partir de los 25 años acuda a los servicios de salud para la realización de una exploración clínica; y que después de los 40 años se practique una mastografía.
Factores de riesgo
La primera conferencia del simposio estuvo a cargo de Tomás Gerardo Hernández Parra, ginecobstetra de la CUSRS, quien habló de los factores de riesgo de esta enfermedad.
Dijo que el Cama es el cáncer más frecuente en las mujeres de todo el mundo, y desde 2006 en México constituye la primera causa de muerte por neoplasia maligna en mujeres mayores de 25 años.
Los factores de riesgo son varios, entre ellos el genético, antecedentes ginecobstétricos como inicio de la menstruación antes de los 12 años, cese de la menstruación después de los 52 años, la nuliparidad, primera gestación después de los 30 años, no dar lactancia, terapias hormonales prolongadas, obesidad, estilo de vida poco saludable, abuso del alcohol, sedentarismo, dieta pobre en frutas y verduras y abundante en grasa, entre otros.
Refirió que los factores de riesgo para desarrollar Cama se distinguen en cuatro grupos: biológicos, iatrogénicos o ambientales, de historia reproductiva, y de estilos de vida.
De éstos, los primeros no son modificables, los segundos escapan al control de la población, los del tercer grupo se asocian a beneficios en la salud reproductiva mayores que las posibles desventajas, y los del cuarto grupo son modificables y se enfocan a promover las conductas favorables a la salud que disminuyan el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Para concluir, Hernández Parra planteó la necesidad de que se difundan apropiadamente los factores de riesgo y los factores protectores entre las mujeres, acompañados de autoexploración por las mujeres y exploración por personal capacitado, así como exámenes de gabinete (ultrasonido y mastografía con estándar de oro). Estas acciones deben dar como resultado una disminución en la morbimortalidad del Cama, cuya detección oportuna puede salvar muchas vidas.
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