Primaria “Manuel de Boza”,
emblema y orgullo de Xalapa
* Se realizó una Sesión Solemne del Cabildo para conmemorar el 225 aniversario de esta institución educativa, la más antigua de la ciudad
Al donar su patrimonio para fundar y costear el salario de los maestros de la escuela que llevaría su nombre, Manuel de Boza mostró un gesto de generosidad y una mirada estratégica, porque pensar en la educación es pensar en el bien común a largo plazo. Sin saberlo, hace 225 años esta primaria dio origen al renombre de Xalapa como la Atenas Veracruzana y referente cultural del país, afirmó el presidente municipal Hipólito Rodríguez Herrero.
Durante la Sesión Solemne del Cabildo que se celebró con motivo del aniversario de la escuela, dijo que gracias a Manuel de Boza y su albacea, Juan de Bárcena, la ciudad cuenta con una de las instituciones educativas más antiguas de la República Mexicana, donde se han formado grandes profesionistas e intelectuales.
“Gracias a la educación, que es el principal bien común de la ciudadanía, estamos formando la capital que todos deseamos, donde haya prosperidad y oportunidades de crecimiento. Queremos reconocer y recordar con mucho agradecimiento a Manuel de Boza. Esperamos que haya más escuelas como ésta que duren más de 200 años”.
El cronista municipal Vicente Rafael Espino Jara recordó que hubo personas singulares que impulsaron o definieron etapas culminantes de la vida de Xalapa, cuyos actos determinaron el perfil de la comunidad y su amor al prójimo los condujo a asegurar, incluso después de su muerte, la enseñanza en favor de la niñez xalapeña.
“Uno de esos hombres fue Manuel de Boza y San Martín. Hablar de él es hablar de humanismo y progreso, quien heredó capital en oro común para fundar esta emblemática escuela pública, gratuita, de primeras letras. Español de origen, fue un hombre ordinario que tuvo claro que en estas tierras de la Nueva España, mientras el pueblo no tuviera educación, estaría condenado a la marginación y al olvido”.
Dijo que en la escritura fundacional, en 1794, dispuso un salario digno para el maestro, y entre sus obligaciones estaba la de formar ciudadanos de honor, es decir, desarrollar actitudes diferentes para hacer el aprendizaje ameno y aprovechable.
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