• Director Nacional del Programa de Apoyo a la Educación Indígena del INPI participó en Congreso Internacional de la Facultad de Nutrición UV Xalapa  

Karina de la Paz Reyes Díaz

David Fernández Acosta, director nacional del Programa de Apoyo a la Educación Indígena del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), presentó en la Universidad Veracruzana (UV) la conferencia Magistral “Seguridad alimentaria y su relación con la agricultura sostenible”.  

Desde su punto de vista, la seguridad alimentaria sostenible reúne tres aristas interdependientes: economía, medio ambiente y sociedad. Relación que se traduce en desarrollo económico y sociocultural respetuoso con el medio ambiente, es decir, desarrollo soportable en lo ecológico, viable en lo económico y equitativo en lo sociocultural. 

Consideró importante pensar que las políticas públicas, para poder establecer el acompañamiento de una seguridad alimentaria sostenible, tienen que construirse desde una visión interdisciplinaria. 

En su opinión, de crearse modelos acordes a esas realidades es que se podría pensar que verdaderamente se están atendiendo los problemas. 

Aunado a eso, habló de la necesidad de construir políticas públicas con programas alimentarios que desde su origen garanticen una alimentación sostenible. Para él, la seguridad alimentaria debe llevar aparejado un proceso sostenible. 

Su conferencia fue parte del eje temático “Cadenas agroalimentarias saludables, justas y sustentables en el combate a la malnutrición”, del Congreso Internacional “Retos alimentarios, nutricionales y culturales ante la sindemia de la malnutrición y Covid-19: desafíos del Licenciado en Nutrición”, organizado por la Facultad de Nutrición Xalapa, del 13 al 15 de octubre. 

Para Fernández Acosta no existe todavía un programa de estrategia alimentaria o nutrición en el país, lo cual es sorprendente porque se ha dicho que las condiciones actuales pueden agravar la situación. 

Además, dijo que la erradicación de la inseguridad alimentaria requiere un rediseño de una política y estrategias orientadas a tal fin, en un proceso participativo, que considere la multidimensionalidad de la seguridad alimentaria. 

“Como institución, que en algún momento representamos, debemos generar esa coordinación, pero también una coherencia con las políticas sectoriales, porque atender el tema de la seguridad alimentaria, la salud, la nutrición, insisto, es multifactorial.” 

En su opinión, la complejidad (económica, social, política y ambiental) de la seguridad alimentaria demanda una participación amplia para asegurar: disponibilidad suficiente, estable, inocua y sustentable de los alimentos. 

Además, señaló que la pandemia por la Covid-19 afectará los avances asociados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, lo cual ha puesto sobre la mesa la propia Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Creo que valdría la pena convocar a este cuerpo colegiado y poder pensar cómo vamos a construir nuevas estrategias”, añadió. 

Es más, advirtió, “si seguimos pensando en que nuestro trabajo para combatir el problema de la seguridad alimentaria es asegurar el alimento a través de paquetes de despensas y no le damos la orientación adecuada de la sostenibilidad, de la sustentabilidad, de crear proyectos en los que la gente tiene que intervenir y apropiar, lo único que vamos a seguir fomentando es el asistencialismo puro”