En México, una de cada siete madres padeció depresión postparto
- De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, este trastorno transitorio de salud mental afecta aproximadamente a 20 por ciento de las mujeres del planeta que han tenido al menos un hijo
- José Luis Couttolenc Soto
09/07/2021, Xalapa, Ver.- En el segundo día de actividades de las Jornadas de Educación en Salud que realiza la Clínica Universitaria de Salud Reproductiva y Sexual (CUSRS) de la Universidad Veracruzana (UV), la pasante en servicio social de Enfermería, Lizbeth del Rocío López Rodríguez, ofreció una charla en la que abordó el papel de la enfermera frente a la depresión postparto (DPP) y señaló que éste es de carácter integral.
Durante la plática virtual vía Zoom, la universitaria dijo que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 20 por ciento de mujeres en el planeta que han tenido al menos un hijo han padecido DPP.
En el caso particular de México, según estudios del Instituto Nacional de Perinatología de 2019, la prevalencia es de un rango de 15 a 30 por ciento, debido a que los estados presentan diferentes factores de riesgo, lo que se traduce en que una de cada siete madres padeció DPP, “situación que quizá no sea alarmante pero sí preocupante porque interfiere con las actividades de la vida diaria de la madre”.
Mencionó que las sintomatologías de este padecimiento pueden ser cinco o más durante las dos semanas posteriores al parto, que mantienen a la madre durante la mayor parte del día con estado de ánimo deprimido, disminución o pérdida de interés por las actividades cotidianas, fatiga o pérdida de energía, sentimiento de culpabilidad o inutilidad, pensamientos suicidas, ansiedad o ataques de pánico.
- Ante esta situación, el papel del personal de enfermería consiste en brindar una atención integral a la madre que comprenda apoyo físico, emocional y psicológico, consejería, orientación en temas de salud y autocuidado, promover el apoyo emocional y de salud mental, detectar oportunamente la DPP, identificar alguno de los factores de riesgo, tener cuidado en el cumplimiento del tratamiento y vigilar la evolución de los síntomas.
Además, la enfermera debe inspirar confianza y confidencialidad, dar terapias no médicas y/o farmacológicas durante el embarazo, el proceso de parto y postnatal.
López Rodríguez mencionó que existen dos actividades importantes: los ejercicios psicoprofilácticos y los físicos, que ayudarán a la paciente a mejorar su estado físico y que el parto se realice lo mejor posible; y la estimulación intrauterina, que además de fortalecer el vínculo madre-hijo ayudará a desarrollar cognitivamente al bebé.
En la etapa postnatal, la enfermera debe orientar sobre los cambios emocionales que registrará la madre durante este periodo, los cuidados que debe tener el recién nacido, promover la lactancia materna, la estimulación temprana.
“Son muchas las actividades que como enfermeras o enfermeros podemos implementar para minimizar los factores de riesgo y los factores estresantes que afectan a la madre”, concluyó.
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