• Era manufacturado con distintas cortezas de árboles como la higuera o el amate, y utilizado en ceremonias religiosas 
• Este adorno se puede apreciar en las ofrendas de comunidades localizadas en distintas regiones geográficas como Chontla y Rinconada

Carlos Hugo Hermida Rosales

Lourdes Aquino Rodríguez, académica e investigadora del Instituto de Antropología (IA) de la Universidad Veracruzana (UV), explicó que el papel picado es un elemento que nunca falta en los altares de muertos en el estado de Veracruz, y que este adorno es algo que se puede apreciar en las ofrendas de comunidades localizadas en distintas regiones geográficas como Chontla y Rinconada. 

Relató que en la época prehispánica el papel era manufacturado con distintas cortezas de árboles como la higuera o el amate, y utilizado en ceremonias religiosas dedicadas a los dioses. 

La investigadora impartió el 13 de octubre la conferencia virtual “Altares de Veracruz”, en el marco del evento anual de Todos Santos realizado por la entidad académica mencionada. 

Lourdes Aquino explicó que la mesa del altar de muertos en Veracruz es una escenografía donde se ofrenda con todo tipo de frutas y comidas de la región a los abuelos, padres, hijos, sobrinos o ahijados fallecidos, así como a amistades finadas de las que se guarda un buen recuerdo. 

Comentó que los altares en Veracruz poseen características regionales propias; al norte del estado los nahuas, tepehuas y otomíes mantienen vigente una religión en la que los elementos más importantes son figuras de papel cortado. 

Por su parte, el altar de Xalapa se instala en una gran mesa cubierta con un mantel blanco, con un arco que se adorna con hojas de tinaja o tepejilote, además de flor de muerto.

En localidades huastecas como Chontla e Ixhuatlán de Madero el mantel bordado es un elemento primordial en los altares, o incluso en Tempoal es cubierto por una lona de plástico para protegerlo, ya que en ocasiones fue elaborado por familiares fallecidos, por lo que es considerado una reliquia familiar muy valiosa.

En pueblos como Chicontepec dentro de las ofrendas destaca la fruta de la región que cuelga por todos lados, mientras que en Papantla y Chumatlán es común ver tejidos de palma embellecer el altar.

Lourdes Aquino manifestó que, pese a la gran diversidad de elementos presentes en los altares de muertos de las distintas localidades del estado de Veracruz, algo que se tiene en común es compartir la ofrenda entre los seres queridos cuando termina la festividad. 

Enfatizó que este acto honra a los muertos, evita recordarlos con la tristeza del momento de su partida, y sirve para afianzar los lazos de parentesco. 

“En nuestros pueblos tiene un gran valor compartir la ofrenda en familia, y este hecho social refuerza el cariño, el compadrazgo y la amistad”, concluyó.