La explotación laboral se basa en valores de uso cada vez más nocivos
* Presentan el libro Subsunción real del consumo de capital, de Jorge Veraza, en el marco del marco Seminario Necesidades y Consumo en el Capitalismo Contemporáneo
Xalapa, Ver.- Algo nuevo está pasando en el consumo, pero debe explicarse desde la producción, como una refiguración de la subsunción real del proceso de trabajo bajo el capital, no como un cambio de relación de producción, en la cual la explotación de la clase trabajadora se basa en valores de uso cada vez más nocivos. Es decir, el capital ahora logra la dominación fisiológica y psicológica, moldeando nuestro modo de vida bajo un sometimiento político, psicosocial y sexual, señaló el autor del libro Subsunción real del consumo de capital, Jorge Veraza Urtuzuástegui.
En el Centro Recreativo Xalapeño (CRX) se llevó a cabo la presentación del libro de este docente e investigador mexicano adscrito a la Universidad Autónoma Metropolitana, campus Iztapalapa (UAM-I), en el marco de Seminario Necesidades y Consumo en el Capitalismo Contemporáneo.
El investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Andrés Octavio Barreda Marín, hizo una introducción en la que habló sobre el gran problema histórico que trata de responder la teoría de la subsunción real del consumo y explicó cómo se llegó a la posibilidad de construir esta crítica, al abordar algunas de las tesis básicas del texto.
Habló sobre el desarrollo del capitalismo en su conjunto, qué es y cómo se ha transformado, especialmente durante el siglo XX, así como su máxima expresión: el capital monopolista e imperialismo; las distintas corrientes, crisis y el nuevo, “pero efímero”, renacimiento del marxismo. Abordó también algunas tesis e ideas del filósofo Bolívar Echeverría Andrade.
Barreda Marín reflexionó sobre qué es el capitalismo y en qué momento se encuentra desde una crítica marxista, pues era necesario dar cuenta de esta nueva emergencia: ¿Esto forma parte del imperialismo, cómo se modificó en la sociedad de consumo el imperialismo del que habló Lenin, o la sociedad de consumo se trata de una “tomadura de pelo”?, lo que se discutía con Bolívar como profesor en México, en 1972.
Ante el presidente municipal Hipólito Rodríguez Herrero, el autor Jorge Veraza coincidió en el cuestionamiento de si el capital evolucionó hacia una nueva época, en la que el imperialismo fuera la fase última del capitalismo y finalmente domina el capital financiero, a diferencia de lo que sucedía en el siglo XIX.
“Pero esto no es así. El capital industrial sigue dominando y Marx está vigente. En esta confusión de la supuesta nueva relación de producción dominante dentro del capitalismo, el capital financiero, hay incoherencia y se inventa una nueva época… pero esto no fue así. Para analizar el continuum de la historia hay que pensarlo de acuerdo con la teoría de la subsunción formal y real del proceso de trabajo bajo el capital”.
Es decir –continuó–, que si el capital se desarrolla históricamente en la cultura, política, economía, bancos y finanzas, lo hace porque sigue explotando plusvalor absoluto y relativo a la clase obrera, con nuevas máquinas y métodos: “Algo nuevo está pasando en el consumo, sin duda, pero hay que explicarlo desde la producción como una refiguración de la subsunción real del proceso de trabajo bajo el capital, no como un cambio de relación de producción, que es lo que Lenin intentó”.
Luego entonces, el capital industrial sigue dominando y la muestra está en la crisis de 1971-73, 2008 y 2021, crisis de sobreacumulación de capital, del dominio del capital industrial: “Hay que mantener los conceptos decisivos y tratar de explicar este fenómeno complicado del Estado, las nuevas formas de dominación, las nuevas formas de control de la inteligencia artificial o cualquier suceso que ocurra en el consumo, desde McDonalds hasta los celulares, desde el dominio de la producción del capital industrial, es decir, la subsunción real del consumo bajo el capital.
«Y esta no es sino la subsunción real del proceso de trabajo inmediato bajo el capital, pero de un tipo peculiar, complicada como una enfermedad (cuando se complica una gripe se convierte en pulmonía), el carácter enfermo de esta complicación es que ya no tenemos explotación de plusvalía creciente, sino que existe el plusvalor relativo creciente y sólo se realiza en el mercado si está apoyado en valores de uso nocivos, cada vez más nocivos”.
En consecuencia, el sometimiento de los seres humanos ya no es sólo económico y político, ni solamente ideológico y cultural, sino también fisiológico; ahora el modo de producción capitalista moldea nuestro modo de vida y el sometimiento político es también psicosocial y, por tanto, sexual.