Arqueología, más cercana a la antropología que a la historia: investigadora del INAH
- Martha López Mestas, investigadora del Centro INAH Jalisco, impartió conferencia de clausura del XV Encuentro de la Red Nacional de Licenciaturas de Historia y sus Cuerpos Académicos
- La sede del encuentro, en modalidad virtual, fue la Facultad de Historia de la Universidad Veracruzana
- David Sandoval Rodríguez
La arqueología en el occidente del país tiene dos siglos de tradición, comenzó emparentada con la biología y se fue acercando a los conceptos antropológicos, expresó Martha Lorenza López Mestas Camberos, arqueóloga e investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Centro Jalisco, en su conferencia magistral “La arqueología de occidente, sus logros y confluencias multidisciplinarias”.
La investigadora dictó la conferencia de clausura del XV Encuentro de la Red Nacional de Licenciaturas de Historia y sus Cuerpos Académicos, cuya sede virtual fue la Facultad de Historia de la Universidad Veracruzana (UV).
En un principio, esta disciplina poseía un sentido distinto y era una arqueología signada por lo exótico y la aventura, después se desplazó hacia la arqueología científica, la cual se constituyó mediante un largo proceso y buscó marcar una distancia del coleccionismo arqueológico.
“Con una mirada retrospectiva encontramos que la arqueología tuvo su origen en observar las ruinas y restos materiales, así como las costumbres de los grupos entonces definidos como ‘aborígenes’.”
En este sentido, los primeros arqueólogos del occidente mexicano buscaron incorporar y comprender a las sociedades prehispánicas a la luz de la idea ilustrada de civilización.
Recordó que para el siglo XIX la historia se centraba en el entendimiento de lo particular y se fortaleció el estudio de las sociedades prehispánicas, “un proceso que rebasó países y derivado de ello se gestó el afán de coleccionar objetos para llevarlos a museos y colecciones particulares, mientras que en el ocaso de este siglo se ponderó el estudio de las razas y costumbres, una suerte de estudio biológico de la historia humana”.
La importancia que se le otorgó al concepto de áreas culturales fue algo que vinculó a la arqueología con el trabajo de la antropología, apuntó la ponente, ya que “la definición de rasgos culturales estudiada por los arqueólogos se comparaba con el trabajo sobre el presente que hacían los etnógrafos, partiendo del supuesto de la supervivencia de comunidades indígenas auténticas”.
Desde entonces y hasta la actualidad, la arqueología ha recurrido al acercamiento con otras disciplinas, mientras que cada generación construye sus propios paradigmas sobre la base del conocimiento de sus antecesores para continuarlos o sugerir cambios trascendentales.
En este sentido, “observar la historia de la arqueología permite analizar, reflexionar y apuntalar el rumbo del quehacer científico en la actualidad”, puntualizó.
En su ponencia, López Mestas Camberos destacó el aporte principal y protagónico de la arqueóloga Isabel Kelly, quien durante el siglo XX recorrió una amplia región del occidente nacional para establecer las provincias cerámicas del noroeste de México, “que hasta la fecha sigue siendo una guía cronológica sobre la que seguimos trabajando los arqueólogos del occidente mexicano”.
Con los aportes de Kelly y de Adela Bretón, arqueóloga del siglo XIX que trabajó también la región occidental, la arqueología dejó de ser un recuento de curiosidades del pasado para convertirse en una disciplina científica y profesional, afirmó