Estudiantes UV ganan concurso nacional convocado por la UNAM.

Estudiantes UV ganan concurso nacional convocado por la UNAM 

  • Se trató del Climatón 2022 “Generar conciencia ante la emergencia climática” 
  • El proyecto consiste en la creación de microbosques para mitigar los efectos del fenómeno conocido como “isla de calor” 

Paola Cortés Pérez 

Fotos: Omar Portilla y Cortesía de Rafael Carlos Guerrero

Con la propuesta para crear microbosques, estudiantes de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la Universidad Veracruzana (UV), región Coatzacoalcos-Minatitlán, obtuvieron el primer lugar en el concurso Climatón UNAM 2022 “Generar conciencia ante la emergencia climática”. 

El evento académico fue convocado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y participaron 17 equipos de jóvenes entre 16 y 25 años de edad, de diversas instituciones de educación superior del país. 

Consistió en proponer proyectos de impacto social que permitan comprender la necesidad de adaptación al cambio climático y la mitigación de su problemática en la Ciudad de México y en las grandes ciudades del país. 

Los universitarios ganadores son: Abraham Jaríz Escalante Román, Edmeé Nacif Lira, Andrés Segura Domínguez, Keila Abisac Díaz Sánchez y Valeria Méndez Pinos, estudiantes de la Licenciatura en Ingeniería Ambiental de la FCQ. 

En entrevista, Andrés Segura afirmó que los jóvenes y universitarios deben devolver algo a la sociedad, especialmente cuando de ella reciben una educación que les ofrece las capacidades para convertirse en tomadores de decisiones, así como para impulsar y llevar a cabo acciones reales. 

“No debemos esperar a generaciones futuras, debemos empezar por propiciar un buen futuro para los demás, y debemos iniciar en este momento que tenemos la energía y las ganas. Lo que hagamos en beneficio de la sociedad y en pro del medio ambiente, será de beneficio para todos.” 

Edmeé Nacif contó que se enteró de la convocatoria del concurso a través de Facebook, al estar atenta de la página del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático. “La compartí con mis compañeros, los animé a participar y nos pareció interesante, empezamos a trabajar en el proyecto”. 

Abraham Escalante dijo que a partir de que leyeron y se informaron sobre la convocatoria comenzaron a desarrollar el proyecto, que en sus orígenes era muy amplio y poco a poco le dieron forma con la ayuda de asesores y mentores. 

Keila Díaz explicó que el concurso se llevó a cabo en cinco fases: las primeras tres fueron de asesorías y mentorías virtuales de diversos especialistas; en la cuarta, tuvieron el apoyo de María del Carmen Cuevas Díaz e Israel de Jesús López Prieto, docentes de la FCQ. 

“Teníamos un proyecto muy amplio, en las mentorías nos recomendaron acotar el tema, lo que nos dio un abanico de posibilidades: techos verdes, muros verdes verticales y microbosques. Nos decidimos por la última opción, porque los mentores nos dijeron que se trataba de una idea innovadora”, mencionó Abraham Escalante. 

La final tuvo lugar el 9 de septiembre en la Ciudad de México, con la participación de 10 equipos. De la región sur, el equipo de la UV era el único, el resto provenían de instituciones de la capital mexicana, Puebla, Hidalgo y Jalisco. 

Al preguntarles si lo aprendido en la licenciatura les ayudó al momento de conformar la propuesta, Escalante Román comentó: “Sin duda, conocíamos ciertas maneras de mitigar el calentamiento y la contaminación, especialmente cómo disminuir el calor en las ciudades, por lo aprendido en las experiencias educativas que hemos cursado”. 

Andrés Segura dijo: “Fue una experiencia completamente nueva, al llegar a la UNAM vimos que contamos con el nivel y preparación educativa, lo cual nos deja extremadamente felices, fuimos los únicos de la región sur y de la UV en participar y resultamos ganadores”. 

Edmeé Nacif compartió que a nivel personal aprendieron a vender y comunicar un proyecto de la manera correcta. Además, convivieron con personas expertas en cambio climático, economía ambiental y proyectos de mejoramiento social, esto les permitió adquirir nuevos conocimientos. 

Microbosques 

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha dado a conocer que los últimos seis años han sido los más cálidos desde 1880 y 2020 estuvo 1.2 grados centígrados por encima de las temperaturas de la era preindustrial. 

En las ciudades se presenta el fenómeno conocido como “islas de calor”, que sucede cuando en un centro urbano hay una temperatura mayor que en los alrededores. 

“Se siente mayor calor debido al cambio de uso de suelo, a la alta incidencia de construcción, lo que impide que el calor se disipe y se acumule más elevando la temperatura, lo que impacta en el estilo de vida y salud de las personas”, explicó Andrés Segura. 

Esta situación también se presenta en Coatzacoalcos, donde ha habido temperaturas atípicas; en 2020 se registró una sensación térmica máxima de 51 centígrados, así que sembrar árboles podría ayudar. 

“Buscamos soluciones, pasando por techos y muros verdes, pinturas frescas, hasta que llegamos a los microbosques. La vegetación ayudará a regular la temperatura ambiental, al mismo tiempo que conservamos la biodiversidad regional”, expresó Segura Domínguez.

Se trata de pequeños bosques urbanos en áreas específicas de la ciudad, conformados por vegetación nativa, de rápido y denso crecimiento; permitirán regular la temperatura, capturar gases contaminantes, filtrarán la lluvia y serán un espacio de esparcimiento para las personas, lo que ayudará a la salud mental y reconstrucción del tejido social. 

Sobre su conexión con el gobierno municipal para hacer realidad el proyecto, Keila Díaz dijo que ya tuvieron un acercamiento y les proporcionaron un área para crear el primer microbosque en el parque Las Tortugas de Coatzacoalcos. Además, ya tienen dos espacios más en Santa Martha y en el sur del municipio. 

“En este momento estamos en la selección de la flora y después de la planeación empezaremos con pláticas con la población colindante al lugar. Probablemente a principios de 2023 iniciaríamos el proyecto”, detalló Andrés Segura. 

“La idea es que en dos años el microbosque haya alcanzado un crecimiento a un nivel aceptable y pueda autosostenerse, es decir, que no requiera de mantenimiento continuo.” 

Cabe destacar que los jóvenes ahora están preparándose para representar a México en un concurso global del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), con este mismo proyecto ambiental. 

Ya superaron la primera etapa y están en espera de recibir la notificación de que avanzaron a la etapa final, que llegaría en noviembre próximo. El equipo ganador de este concurso internacional obtendrá un financiamiento por 20 mil dólares para su proyecto.