La Arquidiócesis de Xalapa invita a la conversión, en donde no solo se cambie de mentalidad, sino también del modo de proceder…

Quien vive la experiencia de la conversión está llamado a proyectarse con los demás de una forma nueva, refiere.

Por Irineo Pérez Melo

Xalapa, Ver., La Arquidiócesis de Xalapa invitó a todos los feligreses a la conversión, en donde no solo se cambie de mentalidad, sino también el modo de ver y juzgar las cosas y, por consiguiente, en la circunstancia concreta de nuestra vida, significa cambiar de conducta en el modo de proceder.

A través del comunicado dominical que emite la Oficina de Comunicación Social de esta asociación religiosa, se destaca que la nos mueve a dejar los ídolos personales para hacerse discípulo de Jesús.

En el documento, signado por el presbítero José Manuel Suazo Reyes, sostiene que la conversión no es sólo una acción individual que se queda en una especie de auto perfección, la conversión tiene repercusiones sociales; es decir tiene que ver con la vida y las relaciones humanas que construimos todos los días. Quien vive la experiencia de la conversión está llamado a proyectarse con los demás de una forma nueva.

En este sentido, se indica, la conversión se relaciona con la justicia, la verdad, la solidaridad, la rectitud, la transparencia; por ello todo el que se encuentra con Dios y acepta su mensaje no puede convivir con la maldad, ni participar en actos de corrupción o practicar la violencia en cualquiera de sus formas.

Por todo lo anterior, la conversión la necesitamos todos. Nadie es tan bueno que no tenga que corregirse o superarse en alguna cosa o aspecto de su vida. En este sentido la conversión no se reduce sólo al ambiente religioso, sino que es necesaria y saludable para todos.

“Basta detenerse un poco, guardar silencio, observar nuestros actos y nos daremos cuenta que no todo lo hacemos bien.  La conversión toca el corazón, la mente, los pensamientos, los sentimientos, los afectos y los actos. Todo se armoniza cuando hay conversión”, se añade.

Nadie ignora que el tejido social está lastimado y todos estamos viviendo y sufriendo sus efectos. En este sentido, sea por una motivación religiosa o ética, todos necesitamos transformarnos, ser mejores personas, recuperar los valores humanos que nos permitan respetarnos unos a otros, superar el egoísmo y mejorar el ambiente donde se desarrollan nuestras vidas, se menciona en el comunicado.

Finalmente, refiere que el camino para la conversión comienza con la escucha atenta de la Palabra de Dios y de la realidad, sigue con la experiencia de encuentro con él y se alimenta con los sacramentos y las obras buenas. Que esta cuaresma que estamos comenzando nos prepare para celebrar gozosos la pascua de Cristo y junto con él, nuestra propia pascua.