La risa es lo más serio y profundo: Martha Munguía

La risa es lo más serio y profundo: Martha Munguía

  • La integrante del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias dictó conferencia en el marco del 10º aniversario de la Maestría en Estudios de la Cultura y la Comunicación

 

Karina de la Paz Reyes Díaz

05/07/2021, Xalapa, Ver.- Para la profesora-investigadora del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L) de la Universidad Veracruzana (UV), Martha Munguía Zatarain, “la risa es lo más serio y profundo que pueda haber sobre la tierra, es un modo de estar en el mundo, de concebir la vida, de ahí que sea tan importante su presencia en la literatura”. 

La académica dictó la última conferencia del ciclo por el 10º aniversario de la Maestría en Estudios de la Cultura y la Comunicación (MECC) del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC), también de la UV, el viernes 2 de julio, a través del Facebook de este centro de investigación. 

La conferencia llevó por título “La risa como visión de mundo en el arte verbal” y fue moderada por Norma Esther García Meza, académica del CECC. 

De inicio, la titular de la Coordinación de los Posgrados del IIL-L dejó en claro que la risa es un fenómeno cultural: “No se ríe de la misma manera ni por las mismas razones en todas partes. Cada cultura tiene su modo particular de provocar la risa y hay una larguísima historia alrededor de ésta”. 

Habló al respecto, en términos generales, y pasó al campo de la literatura, al de “la risa desde el punto de vista de la estética y más en particular en el arte verbal”; no desde el de la recepción, aclaró, pues las reacciones del receptor tocan a otra disciplina. “Ubiquemos el problema en la composición de la obra, no en los efectos, en los lectores. 

”¿Cuál es el espíritu que late entre las páginas de los libros? Se ha prestado poca atención a este problema, se da por sentado que la literatura es asunto serio, grave, solemne. Más aún, se ha creído durante mucho tiempo que la verdadera literatura, la valiosa, es la triste, la melancólica, la que nos golpea el corazón con su garra.” 

Enseguida, habló de la risa como categoría teórica de estudio, para pensar un fenómeno artístico particular. “No es lo mismo hablar de la muerte llorando que riéndose de ella, y las dos actitudes son profundamente humanas”, justificó. 

Sin embargo, la autora del libro La risa en la literatura mexicana (apuntes de poética), lamentó que “por alguna extraña razón hemos sido sordos a los tonos y acentos de las risas que suenan en las páginas de los libros”.

De ahí pasó a mostrar formas de existencia de la risa en la literatura, en obras como la del poeta español Francisco de Quevedo; los mexicanos Juan Bautista Morales, José Joaquín Fernández de Lizardi, Jorge Ibargüengoitia. Citó también a Juan Rulfo. 

De ahí, se centró en la literatura hispanoamericana del siglo XX. Planteó, en términos generales, la pugna entre modernidad y cultura tradicional de raíz popular, que ha cobrado especial relevancia, y cómo tiene relación con la risa. 

Aludió a la obra de Jorge Luis Borges, que “está trazada con esa media sonrisa, apenas gesto perceptible”; incluso, para ella, “es el representante más nítido para hacer ver este tipo de risa que define el arte de la modernidad”. 

Por otro lado, citó a la otra vertiente: Gabriel García Márquez, Juan Rulfo, José María Arguedas, João Guimarães Rosa, entre otros, quienes “lograron fusionar en una visión estética el legado de la tradición popular, con los hallazgos artísticos de la tradición culta. Y en la obra de ellos la risa juega un papel fundamental”. 

Especificó que la estética de lo grotesco ha sido una vertiente importante en la literatura latinoamericana y lo ejemplificó con Cien años de soledad, de Márquez. 

Para la autora de La risa y el cuerpo: ¿un estallido de flores?, en buena parte de la literatura moderna “sigue viviendo una risa alegre, festiva, ligada a las tradiciones, a la tierra, lo que nos dice que esta risa no se ha muerto, sigue ahí, como semilla que genera un importante cuerpo de imágenes artísticas, que las nuevas generaciones han heredado y que habrá de fructificar en nuevas obras de muy diversas maneras”. 

En su opinión, ahí está la importancia de que lectores críticos y estudiosos de la cultura despejen los ojos y oídos para escuchar los múltiples acentos que suenan entre las páginas de la literatura. 

“No ha predominado un solo punto de vista. No sólo se llora con la literatura, también se ríe”, insistió. Es más, para ella, si no se presta atención a esto, “no habremos entendido nada del arte verbal o nos quedaremos sólo con la mitad de lo que significa el amplio corpus de la literatura”.