No separar la gratitud y el servicio de las cuestiones sociales de la sociedad veracruzana, pide la Arquidiócesis de Xalapa
• La alegría de la fe, dará la fuerza para ayudar a quienes son víctimas de injusticias y de las violaciones de los derechos humanos.
La Arquidiócesis de Xalapa a no separar la gratitud y el servicio de las cuestiones sociales de nuestra sociedad veracruzana, de la defensa de los derechos humanos tan pisoteados por todos y del cuidado de nuestra casa común tan abandonada por todos, incluso por quienes tienen la obligación de fomentarlo.
En el comunicado dominical difundido por la Oficina de Comunicación Social de esta asociación religiosa, destaca que la alegría de la fe conduce a todo bautizado no solo a estar cerca de Jesucristo, sino también a actuar como Él actuó, para comunicar la vida nueva a todos los que han sido y son víctimas de las injusticias y de las violaciones de los derechos humanos.
“La gratitud y el servicio al estilo de Jesucristo nos darán la fuerza y condiciones fundamentales para conseguir el progreso integral de todos y para todos, que sanará todas las heridas sociales, económicas y políticas causadas por la superficialidad y el engaño de falsas promesas hechas sin el menor atisbo de honestidad a nuestra sociedad”, se añade.
En el documento, signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos, señaló que actuar como Jesucristo, llevando la alegría de su amor resucitado a todos los ámbitos de la vida, no debe separarse nunca de las cuestiones sociales de nuestra sociedad veracruzana.
Continuar la misión de Cristo para hacer presente el Reino de Dios en nuestra sociedad del primer tercio del siglo XXI es una invitación abierta y libre para todos, pero especialmente para todos aquéllos que nos presentamos como discípulos y misioneros de Él, se añade en el comunicado
También menciona que el evangelio de San Mateo hace presente las mismas palabras de Jesucristo con las que encarga su propia misión a las discípulos y misioneros de todos los tiempos: “Jesús se acercó y les habló así: Me ha sido dado toda autoridad en el Cielo y la tierra. Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia” (Mt 28,18-20).
“Cristo es la fuente y modelo de servicio a una sociedad que necesita la presencia del amor y de la justicia de Dios, para promover la incipiente y débil democracia y la promoción ciudadana sobre todo entre los que no tienen voz y se abusa de ellos con la mentira y el engaño”, se indica por último.