• Mostraron algunos de los proyectos iniciales de la Secretaría de Educación Pública en tres regiones del país 
• La sesión se transmitió por Facebook y YouTube, disponible en https://youtu.be/Malf55OG8FI 

David Sandoval Rodríguez 

En la Mesa 2 “100 años de la Secretaría de Educación Pública. Conversaciones desde el presente”, evento virtual organizado por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), investigadores hablaron de los esfuerzos locales de alfabetización en contextos rurales durante los años de creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP). 

El encuentro fue transmitido por YouTube (https://youtu.be/Malf55OG8FI) y estuvo moderado por Luis Juventino García Ruiz, miembro del IIH-S. Se dieron a conocer los orígenes de las campañas de educación impulsadas por la SEP al finalizar la Revolución Mexicana y teniendo como secretario de educación a José Vasconcelos, quien fue nombrado por el presidente Álvaro Obregón en 1921. 

“Los afanes de la SEP para federalizar la educación en un territorio federal y fronterizo en tres momentos: vasconcelismo, cardenismo y unidad nacional”, fue la presentación de María del Rosario Maríñez, académica de la Universidad Iberoamericana (UIA) campus Tijuana y coordinadora de su posgrado en educación. 

Planteó que su exposición surgió de un trabajo de historiografía regional, inspirado en la obra de Arturo Warman titulada Y venimos a contradecir, considerando los enfoques de los estudios regionales, ajenos a una visión centralista y de orden nacional. 

Su investigación la realizó en archivos como el General de la Nación, el histórico de la SEP, la Hemeroteca Nacional y acervos locales de Baja California. 

Abordó el impacto de la política de federalización de la educación en Baja California y la centralización de los servicios educativos como resultado del modelo de Estado posrevolucionario. 

Dijo que los afanes de federalización educativa tuvieron tres enfoques: el vasconcelismo, de 1921 a 1924; el cardenismo, de 1934 a 1940, y el modelo de Unidad Nacional, de 1940 a 1946. 

Fue en 1935 que se creó “una instancia muy importante, el eje de las relaciones entre lo local y lo central, la Dirección General de Escuelas Públicas en Estados y Territorios, que terminó concentrándose en las comunidades agrarias y rurales”.  

A continuación, José Manuel Velasco Toro, académico del IIH-S, presentó “Moisés Sáenz y el Proyecto Carapan”, donde relató la experiencia de aplicación del proyecto creado por el educador e indigenista en una comunidad de Michoacán llamada Carapan. 

Su enfoque planteaba que las ciencias sociales debían ser aplicadas para dar sentido a la realidad y modificar las condiciones sociales donde se desenvolvía el ser humano, refirió el historiador. 

“En 1932, Sáenz, en su afán por encontrar el procedimiento adecuado para integrar a los pueblos indios, propuso a Narciso Bassols, entonces secretario de Educación Pública, el establecimiento de un centro de estudios de orden etnológico y a la vez poner en juego un programa de acción tendiente a culturizar al indio y mejorar sus condiciones de vida para lograr la integración de las comunidades al conglomerado social mexicano”, dijo Velasco Toro. 

Buscó una comunidad que reuniera los elementos que buscaba para su experimento hasta que llegó en 1932 a Carapan, localizada en la cañada de los once pueblos, como se le conoce a la región michoacana. 

No obstante, su experimento fracasó y fue clausurado en 1933, hechos que relata en su propio libro, Carapan. Bosquejo de una experiencia. 

“Sáenz atribuyó el fracaso a cuatro factores: no existió una coordinación real con las autoridades que se habían comprometido a participar; no se tuvo el cuidado de crear un sistema de créditos para los productores agrícolas y aquellos que estaban aprendiendo oficios; los colaboradores no supieron amalgamar la investigación-acción; y el abandono del proyecto por parte de Sáenz luego de seis meses de intenso trabajo resultado de las diferencias que tuvo con Bassols”, precisó. 

La mesa cerró con el trabajo “El legado de Luz Vera Córdova: maestra misionera en la sierra veracruzana en 1922”, a cargo de Ana María del Socorro García García, investigadora del IIH-S. 

Luz Vera nació en Altotonga, Veracruz, y obtuvo el título de profesora de educación primaria en Xalapa; posteriormente se tituló como profesora universitaria y fue profesora en la Escuela Normal de Maestras en la Ciudad de México. 

Siguiendo el llamado de José Vasconcelos, lo dejó todo para irse a Plan de Arroyos, Veracruz, como parte de la campaña de maestras misioneras y entre los 20 mil maestros elegidos para organizar escuelas comunitarias en las rancherías. 

Para Vera, destacó la ponente, “la escuela no la constituyen edificios o mobiliarios, la escuela es un lazo de carácter subjetivo, está en la unión del maestro y el discípulo; donde quiera que exista este vínculo social hay una escuela”. 

La académica precisó que la destacada labor de la profesora veracruzana simboliza a “una valiente guerrera del magisterio, quien demostró con su trayectoria cómo hacer de su profesión un verdadero apostolado con los menos favorecidos, es decir, con los indígenas”.