De nueva cuenta se manifiestan antorchistas en demanda de obras y se topan con oídos sordos de funcionarios…

Acusan represión a militantes para abandonar las filas de AC a cambio de ejecución de obras.

Por Irineo Pérez Melo

Xalapa, Ver., Por enésima vez, militantes del Movimiento Antorchista en Veracruz marcharon por las céntricas calles y concluir con un mitin en la Plaza Lerdo de Xalapa para exigir una audiencia con el gobernador Cuitláhuac García Jiménez. De nueva cuenta sus demandas no encontraron eco, ya que ningún funcionario del gobierno estatal atendió sus peticiones.

Durante el mitin, varios dirigentes regionales de esta organización denunciaron la falta de obras públicas y servicios básicos en diversos pueblos y colonias en todo el estado; obras como introducciones de agua potable, drenaje, electrificaciones; infraestructura educativa, mobiliario y equipamiento para escuelas de nivel básico a superior; construcción de caminos sacacosechas, pavimentaciones, apertura de calles; subsidios en especie para albergues estudiantiles, así como apoyos para el campo y becas para deportistas de zonas populares y campesinas. Samuel Aguirre Ochoa, presidente del Comité Directivo Estatal de esta organización, refirió que desde el mes de febrero hicieron la entrega del pliego petitorio y el Gobernador se comprometió a recibir una comisión cada mes para revisar el avance de solución en las peticiones.

Sin embargo, han pasado más de seis meses y no ha cumplido con ese compromiso, por lo que se han manifestado en diversas ocasiones, pero tampoco hay intención del Ejecutivo Estatal para atender la inconformidad de la gente.

“Se nos han cerrado las puertas con candados y que para esta última manifestación varios concesionarios de autobuses en el estado les cancelaron viajes contratados de última hora para que contingentes de Córdoba, Veracruz, San Rafael y otros municipios no acudieran a la protesta celebrada hoy”, denunció el dirigente estatal antorchista.

«Vemos una política de oídos sordos y de represión, peor que en cualquier otra administración estatal, pero esta actitud solo demuestra que tal vez nunca tuvo la intención de cumplir con lo que le prometía a la gente cuando andaba en campaña, por lo que solo se está desenmascarando y demostrando su verdadera naturaleza de gobernador desinteresado en solucionar los problemas de la gente pobre», afirmó.

Mencionó también, que previo a la marcha, un grupo de campesinos organizados en Antorcha de la comunidad de Tembladeras, municipio de Xico fue amenazado para abandonar las filas de Antorcha o de lo contrario no les construirían un acceso pavimentado a su localidad, sin embargo, dijo, los campesinos no cedieron ante la amenaza.

Cabe mencionar que antes y después de la marcha, una comisión del Comité Estatal antorchista se acercó a las puertas de palacio a solicitar de manera formal la audiencia con el gobernador, pero en ambas ocasiones no fueron atendidos, con lo que, según dijeron, se evidencia la política de oídos sordos del gobierno morenista.

Policía del estado trata de intimidar a líder estatal de Antorcha

Luego de la marcha realizada por miles de antorchistas veracruzanos frente a palacio de gobierno, un grupo de policías estatales cercaron e intentaron «inspeccionar» al dirigente de Antorcha en Veracruz, Samuel Aguirre Ochoa, sin portar ningún mandamiento escrito y por órdenes de la Secretaría de Gobierno que encabeza Erick Patrocinios Cisneros Burgos.

La acción fue considerada por esta organización como un claro acto de intimidación y represión contra los antorchistas, por salir a las calles a exigir obras y servicios para sus comunidades.

Además del dirigente estatal, la policía había estado deteniendo a varios miembros de Antorcha cuando se trasladaban a sus casas, posterior a la manifestación realizada en el centro de la capital veracruzana.

El vocero de Antorcha en Veracruz,  Andi Uriel Hernández Sánchez, manifestó que podía ser el inicio de una serie de agresiones en contra de los antorchistas y que hacia responsable al gobierno del estado de cualquier agresión sufrida en contra de los miembros de esta organización.